martes, 21 de marzo de 2017

El Continente Enfermo...

Carlos Lucio Acosta

El jóven continente americano está enfermo.
Todavía no se ha podido recuperar de las agresiones derivadas del inestable medio ambiente.
Su figura no ha cambiado en los últimos siglos.
Sus moradores se mueven todos los días en diversas direcciones.
Buscan el sustento cotidiano no sólo para ellos, sino también para todas aquellas personas que los rodean, o dependen de ellos.
Nada ha sido gratis.
Todo forma parte de un riguroso listado de precios bajos, medianos y elevados.
En éste mundo todo tiene guarismos.
El continente avanza.
Tal vez no en la dirección correcta o a la velocidad requerida, pero se mueve.
Todos sus habitantes trabajan por distintas motivaciones.
Pésimas, malas, regulares, buenas o excelentes.
Las tres americas forman un mundo fuera de lo común, diferente.
Aquí encontramos de todo, o casi todo.
Tierra en constante y efervescente evolución.
Cada una de las diversas naciones que las conforman, siempre tienen algo que ofrecer a propios y extraños, a nacionales o extranjeros.
La cordialidad de sus habitantes es el mejor referente de los visitantes de otros continentes.
América ya no es la misma.
Ha cambiado, en forma gradual, pero no es aquel bebe que preocupaba a la madre responsable o al padre trabajador.
Tampoco es una niña que pasa la mayor parte de su tiempo libre jugando con muñecas o saboreando el chupón impregnado de miel de abeja.
América es otra, guste o no guste.
No es el continente adolescente, impulsivo, caprichoso, rebelde, destructor.
En el curso de los agitados siglos no sólo ha logrado acumular abundantes conocimientos y marcadas experiencias, sino también ha soltado la fuerza de su instinto.
América es jóven, sabedora de lo que tiene en las manos.
Y no se le engaña con espejitos europeos, con hombres blancos montados a caballo o con cuentos de pescadores.
América está viva, pujante, dueña de su destino, de su misión divina.
Su enfermedad es curable, pasajera, transitoria.
Todavía tiene mucha cuerda para provocar tempestades y apaciguar huracanes.
Nada más.